Vistas de página en total

martes, 22 de marzo de 2011

Sí, soy torpe ¿y qué?

Bueno, como comentaba ayer en una entrada del blog, lo mejor para tener buen sentido del humor es saberse reír de uno mismo.

He sido torpe y patosa toda mi vida, por lo menos desde que tengo recuerdos. Esto, cuando era niña, era fuente de gran preocupación y desasosiego para mí. Nunca me ha gustado llamar la atención, me tengo por una persona bastante discreta, pero mis meteduras de pata siempre acababan por provocar risas ajenas para gran vergüenza mía.

Os iré contando varias anécdotas que, juro y perjuro, son verídicas.

Con 16 años empecé a salir con Miguel, el que hoy en día es mi marido. Una tarde me invitó a tomar algo. Fuimos a una cafetería y yo pedí un batido de chocolate. Estuvimos hablando largo y tendido durante horas.

Hasta ahí todo bien pero, como había pasado bastante rato desde que pedí el batido, Miguel me dijo con toda su buena intención: “Uy, se te ha depositado el chocolate en el fondo del vaso”.

A mí, que estaba absorta y embobada (como la mayor parte del tiempo estoy, dicho sea de paso), no se me ocurrió otra cosa que coger el vaso y agitarlo para que se mezclara el chocolate con la leche.

Podéis imaginar donde acabó el batido…, directo a su camisa.

Me quedé de piedra y empecé a deshacerme en disculpas.

Miguel, en lugar de enfadarse, empezó a reír y yo colorada como un tomate pensando “tierra, trágame”.

Me gusta pensar que ese día fue el que se enamoró de mí: no podría aburrirse nunca con alguien tan torpe como yo… ¿no creéis?

8 comentarios:

  1. Los estropicios si se van acumulando durante años, después de las risas correspondientes, acaban aburriendo a cualquiera,. ..seguro!

    Però otras virtudes que es obvio tienes, compensarán por toda la mala vida que le das!

    Firmado: Otra torpe, y que?
    P.D.
    Mi pareja murió, quiero creer que no influyó la desesperación de mi torpeza!!!
    Un beso.

    ResponderEliminar
  2. Bueeeeno, a buen seguro que tengo suficiente torpeza para no aburrir a nadie (a pesar de otras buenas cualidades que también tengo, por supuesto)

    ResponderEliminar
  3. Ostras, Mónica !!!
    Sí que eres torpe, sí. Pero por lo que veo, con alegría
    Me he quedado con la curiosidad de saber que le pasó a la pobre camisa, jeje

    ResponderEliminar
  4. Carme, te animo a que compartas alguna de tus "torpezas".

    Seguro que nos lo harás pasar bien :-)

    ResponderEliminar
  5. Luis, pues no se como acabó la pobre camisa. Supongo que a mi suegra le costaría bastante eliminar el chocolate.
    Mmmmm, ahora que lo pienso..., quizá ese sea uno de los motivos por los que suegras y nueras no acaban de llevarse bien ;-)

    ResponderEliminar
  6. Una de mis mayores torpezas, fue cuando estando en la orilla de la playa embobada con un chico -Alberto- se me cayo 3 veces, 3, de los brazos, su sobrinita que yo llevaba a cuestas. Aún así él acabó siendo mi marido y ella, pobre. . .quizás deba su torpeza a este episodio, he,he !!

    ResponderEliminar
  7. Mónica, es veu que això de repartir xocolata a la gent que tens al costat i tacar-la sense miraments ve de família. I si no t'ho creus, pregunta-li a la tieta CJ, haw, haw!

    ResponderEliminar
  8. Buenooooo, aqui todo se va a saber, esa es otra historia, parisina, por cierto !

    Firnado
    La tieta CJ.

    ResponderEliminar